Uno de esos días en los que andas en la calle y no sabes que comer, se me ocurrió consultar Foursquare y como recomendación de la zona por la que me encontraba (Av. Chapultepec) me sugirió entre otros resultados, el restaurante UMA UMA JAPANESE KITCHEN, con la mayoría de buenos comentarios dentro de los tips, así que nos enfilamos a buscarlo.
EL GATO NO ES COMO LO PINTAN.
Al tratar de ubicar la dirección, localizamos un bar que abarca un gran espacio y justo al lado, una pequeña entrada no muy visible pero atractiva, ya que su imagen (un gato oriental saludando) sin duda cumple la función de atraer a los clientes, tal como las creencias orientales lo dictan.
Al entrar al local con un estilo kitsch sin caer en la pretensión de otros restaurantes de la ciudad, te sumerges a ese mundo oriental que hemos visto en muchas películas. Entramos y casi nos metimos hasta la cocina, en uno de los cuartos al fondo del local que te da la sensación de estar en una casa ajena.
AGAZAPADO PERO CONTENTO!
Allá en aquel rincón nos llegó el menú!, dos atractivas cartas (1 de alimentos y otra de bebidas), cortas pero muy bien diseñadas.
Uno de los detalles que me gustaron es que antes de traer los alimentos, te sirven una pequeña (en realidad pequeña) porción de ensalada pero el toque mágico fue cuando descubrimos una pequeña salsa roja picante que proporciona un sabor que agranda cualquier platillo.
Lo que también debes descubrir es su carta de bebidas, que van desde agua fresca, infusiones, café, cocteles y cervezas, pero en esta ocasión hago hincapié en las LIMONADAS FRAPPÉ y nos fuimos por una LIMONADA DE CÍTRICOS y una LIMONADA ROJA (con frambuesa y zarzamoras). Creo que con ver las imágenes se te quita la sed.
LENGUAS DE GATO!
Y esta frase la pongo porque después de terminar con los platillos que recibimos, casi quedas lamiéndote los bigotes del buen sabor y sobre todo casero. En esta ocasión me quedé en la parte de los DONBURI (platillos que incluyen arroz y guisado) por lo que ordené un GYÚ-DON (Tiras de sirloin cocidas en salsa dulce de cebolla sobe una cama de arroz) solo diré… uff!
Otro de los platillos fue un EBICHIRI (platillo de camarones salteados, servidos sobre arroz).
Ese día teníamos más hambre que de costumbre, y aunque los platillos son justos en la relación de precio-cantidad-sabor, siendo uno tan #Tragon como que queda un huequito con ganas de comer algo más, es por eso que te sugiero siempre inicies con una buena entrada que ya sean las croquetas de cangrejo, gyousas o kakuni-man (Pan al vapor con carne de cerdo) .
VEN GATITO, VEN!
Después de unos meses y tras un evento largo, regresamos a UMA UMA y en esta ocasión decidimos sentarnos en la mesa de la entrada, y aunque a los encargados no les pareció que 3 personas estuviéramos en esa mesa, insistían en cambiarnos, pero no lo hicimos porque mi amiga se sentía cómoda en ese lugar y tal vez la falta de experiencia del personal, no lograron movernos; en la mesa llegamos a la conclusión que deberían estar al pendiente cuando llegan los comensales y ellos mismos asignar las mesas y no dejar que quien llegue escoja.
Independientemente de ese detalle, no puedes ponerles “pero” a su comida, así que para no quedarnos con ganas, ordenamos unas GYOUZAS (Empanada oriental al vapor rellena de carne de cerdo).
También en esta ocasión optamos nuevamente por los DONBURI y agregamos por 10 pesos más que valen mucho la pena, una ENSALADA DE PAPAS deliciosa.
En los platos fuertes elegimos KARA-AGE (pechuga de pollo frito, marinada en salsa de ajonjolí)
Y también ordenamos el KATSU-DON DE HUEVO (carne de cerdo empanizada, acompañada de huevo frito sobre una cama de arroz)
ROAR!
UMA UMA JAPANESE KITCHEN es un lugar que se está imponiendo por su gran sabor, sin duda uno de los lugares de moda entre los jóvenes y no tan jóvenes, que nos permite realizar un paseo por la comida japonesa real y auténtica.
Regresar? Claro que regresaré a ese pequeño paraíso oriental, y estoy seguro que estarán poniendo más atención en su servicio, y pienso en probar sus ESPECIALIDADES como el RAMEN o el UDON, por lo que próximamente les platicaré esa experiencia.
Y cierro con esta frase de BUDA: “Dando nuestra comida, nos hacemos más fuertes, ofreciendo a los demás nuestros vestidos, nos hacemos más bellos, prestando desinteresadamente las moradas de la pureza y la verdad, conseguimos grandes tesoros”.
Espero tus comentarios.