CON LA BOCA BIEN ROSADA

diario-tragon-bocca-di-rosa-portada

Como ya les he comentado en otras reseñas, cada año para celebrar mi aniversario romántico buscamos un lugar especial y que nos recomiendan, y este año le tocó a BOCCA DI ROSA un restaurante de comida italiana.

AS AMANTI

Diferentes personas en instagram, en facebook incluso los comentarios en TripAdvisor hablan bien de el lugar, y así como cuando tus amigos te hablan bien de una persona que quieren que conozcas y te comienzan a enamorar, eso mismo nos pasó con BOCCA DE ROSA y fue nuestra elección para un día especial, el cual al caer en sábado íbamos con toda la actitud para tener una agradable cena y con la emoción de conocer un nuevo lugar.

BUSCANDO COLOR

Para iniciar al hablar nos dijeron que no había reservaciones, que podíamos llegar sin problema y así sucedió, nos pudimos estacionar exactamente frente al local sobre la calle Pedro Moreno y eso es de agradecerse, además que no había los odiosos «viene, viene».

Al llegar al lugar no había nadie que recibiera, delante de nosotros acababa de entrar otra pareja que al igual que nosotros entró desorientada y después llegaron y les ofrecieron mesa, nos quedamos parados pero nadie nos atendió así que decidimos entrar, ya al llegar al fondo un mesero se nos quedó viendo y le preguntamos que donde nos podíamos sentar y nos dijo que en cualquier lugar…

Ya sentados en el espacio que es el de una cochera de la casa antigua con una decoración nada ostentosa que es un cálido rincón; tardaron varios minutos en que pasara un mesero para que le pidiéramos la carta y cuando preguntó qué deseábamos tomar, le pedimos que nos recomendara algo (lo cual hacemos en todos los lugares nuevos que visitamos) y al ver su cara de pánico al no saber que responder decidimos por limonada y agua mineral; queríamos una entrada y justo la que habíamos seleccionado ya no había.

SE DECOLORÓ

Así que después de ver la carta y los especiales del día anunciados en un pizarrón, tuvimos que llamar nuevamente al mesero para ordenar.

Todo comenzó a desmoronarse cuando al ordenar mi platillo me dice el mesero que de ese ya no tenían, y la verdad no puede haber nada más que me moleste que eso. Por qué no dicen al momento de entregar el menú cuáles platillos tienen y cuales no para que no tener que elegir de último momento.

Al final yo opté por pedir un «fetuccine alla sorrentina». Muy buen sabor.

diario-tragon-bocca-di-rosa-1

El otro platillo que degustamos fue una «Lasagna bolognese».

diario-tragon-bocca-di-rosa-2

La presentación de los platillos es bastante sencilla al igual que el ambiente, en el que tal vez me confieso que no llevaba el mood para cosas estruendosas por lo que las risas estruendosas y el hablar muy alto de los «amigos» del  encargado (porque así parecía) le quitaba el romanticismo no del momento, sino del lugar.

PARA CERRAR LA BOCA

Como postre optamos por un affogato con helado de vainilla. muy bueno.

diario-tragon-bocca-di-rosa-3

Ya casi para terminar se acercó con nosotros el encargado (o dueño del lugar) para preguntarnos qué nos había parecido y claro que le mencionamos nuestras inquietudes, y para compensar no obsequió unas bebidas que ahí mismo se elaboran.

diario-tragon-bocca-di-rosa-4

BOCCA DI ROSA será un lugar que muchos aman, pero en lo personal deja mucho que desear, quizá le dé otra oportunidad, pero esa noche tan especial para mi fue como el granito en el arroz. Creo que tiene muchas cosas por mejorar para en verdad ser de los favoritos de la ciudad y no nada más de los amigos.

Y recuerden que “La cocina es alquimia de amor” (Guy de Maupassant – Cuentos de la becada)